
Droga de síntesis de uso recreativo
El LSD (d-lysergic acid diethylamide) es una sustancia química conocida como «tripi» o «ácido». El término «tripi» proviene del inglés trip (viaje) y hace referencia a los efectos típicos de las sustancias psicodélicas, que inducen una especie de «excursión» mental.
El LSD es considerado el prototipo de las drogas psicodélicas, ya que provoca sensaciones psicodélicas intensas con dosis sorprendentemente pequeñas. Un gramo contiene aproximadamente 20.000 dosis activas.
LSD y psicodelia
Albert Hofmann, un químico, descubrió los efectos psicoactivos del LSD en 1943, mientras trabajaba en los laboratorios Sandoz en Basilea, Suiza. La sorpresa fue que una sustancia con dosis tan pequeñas pudiera generar una amplia gama de efectos psicológicos. Los investigadores comenzaron a realizar ensayos clínicos para estudiar sus efectos. Tras evaluarlo, consideraron al LSD una herramienta potencial en psiquiatría, especialmente para comprender mejor las experiencias de personas con esquizofrenia y otras psicosis.
Durante las décadas de los cincuenta y sesenta, administraron LSD en contextos clínicos para tratar trastornos como el alcoholismo, la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo, y también para ayudar a enfermos terminales a reconciliarse con la muerte.
Sin embargo, a principios de los años 60, el LSD dejó de usarse en contextos terapéuticos y psiquiátricos. El movimiento contracultural estadounidense comenzó a utilizarlo fuera del ámbito médico, lo que lo hizo popular entre los jóvenes. Se asoció con movimientos artísticos, el interés por las religiones orientales y la espiritualidad.
Prohibición y controversia
Cuando el LSD ganó popularidad, las autoridades antidrogas, preocupadas por su creciente uso, decidieron prohibirla en 1967. A partir de ese momento, restringieron la investigación psiquiátrica con LSD, hasta que en 1979 suspendieron por completo los estudios sobre sus efectos.
A pesar de la prohibición, el LSD y otras drogas psicodélicas siguen siendo algunas de las sustancias más consumidas en contextos recreativos. Hoy en día, los psiquiatras, terapeutas y neurocientíficos siguen mostrando un gran interés. Algunos incluso abogan por permitir la reanudación de investigaciones, ya que creen que estas sustancias pueden ayudar a comprender mejor el cerebro y la mente humana.
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