
Los opiáceos y el cuerpo humano: ¿Cómo afectan?
La rapidez con la que los opiáceos llegan al cerebro depende principalmente de la forma en que se administran. La forma más rápida de experimentar los efectos es inyectando la droga directamente en el torrente sanguíneo. La siguiente opción más rápida es fumarla. Cuando los opiáceos se fuman o se inyectan, los niveles máximos en el cerebro se alcanzan en cuestión de minutos.
El peligro del fentanilo
El fentanilo es la droga opiácea más soluble en sustancias grasas y alcanza concentraciones máximas en el cerebro en apenas unos segundos. La heroína es un poco más lenta, pero igualmente rápida, alcanzando sus efectos en aproximadamente cinco minutos. Cuanto más rápido se alcanza el pico de los efectos, mayor es el peligro de una sobredosis fatal, ya que los niveles de la droga en el cerebro pueden aumentar rápidamente.
Esnifar heroína permite una absorción más lenta, ya que la droga debe atravesar las membranas mucosas de la nariz para llegar a los vasos sanguíneos. En forma de pastilla, el «viaje» es aún más lento, puesto que la droga debe ser metabolizada en el cuerpo antes de integrarse en la circulación, un proceso que tarda alrededor de treinta minutos. Esta lentitud explica por qué la metadona es tan útil en el tratamiento de la adicción y como medicamento para el dolor.
El uso de formas de liberación controlada
Algunos consumidores aprenden a evitar las formulaciones de opiáceos que están diseñadas para liberar la droga lentamente. Un ejemplo es el OxyContin, una forma de oxicodona de acción prolongada, creada para liberar gradualmente la droga y aliviar el dolor durante horas. Sin embargo, los usuarios descubren que al moler las pastillas, logran una liberación rápida de la droga, alcanzando un «éxtasis» no previsto por los fabricantes.
Duración de los efectos
La duración de los efectos varía dependiendo de cuán rápidamente las enzimas del hígado metabolizan cada droga. Generalmente, los efectos de muchos opiáceos duran entre cuatro y seis horas. Este tiempo puede variar, siendo de solo dos horas para la morfina y de hasta seis horas para el propoxifeno. Sin embargo, existen dos excepciones importantes: la metadona, que puede durar entre doce y veinticuatro horas, lo que permite su administración en una sola dosis diaria, y el fentanilo, cuyos efectos duran solo alrededor de una hora.
Los opiáceos y el cuerpo humano
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